miércoles, 5 de mayo de 2010

DÉCIMAS A MI PADRE





A la memoria de mi progenitor, que hace tres años que pasó a mejor vida y con el que nunca llevé una relación estable, pero reconozco que en mi vida fue importante y le valoro en justicia sus potenciales, a pesar de los destrozos que causó en mi alma. Descansa en paz, papá.
A él le gustaban mucho las décimas de José Hernández, el poeta, como le decimos los gomeros, y se sabía muchas décimas de memoria que siempre me recitaba, pero su preferida era la que le hizo su amigo Juan Ventura, cuando estuvo enfermo de paludismo que vino de hacer la mili en África.
Por eso cuando cumplió los 80 años, le hice estas décimas como regalo y como muestra de una reconciliación a ultranzas porque la situación ya así lo requería.


¡ Cómo han pasado los años !
¡Qué lejos la juventud !
Miro atrás sin acritud
rememorando de antaño
los recuerdos que yo empaño
cual cristal con mis lamentos,
pero he vivido momentos
de felicidad completa,
por haber sido un veleta
me merezco un monumento.

Mi vida no es un jardín,
ni un caminito de rosas,
pero viendo bien la cosa,
es cierto, puedo decir,
que en este largo vivir
yo me he dejado llevar
por instintos del gozar,
y nunca he tenido en cuenta,
que llevo mi alma a cuestas
y la tengo que salvar.

Por eso a estas alturas,
a solas con mi conciencia
reconozco mi impaciencia
y controlo mi locura,
para no encontrarme a oscuras
en el momento preciso,
cuando Dios ante su juicio
tenga a bien que comparezca,
y de cuenta de esta “empresa”
sin que sufra más perjuicio.

Es un momento crucial
en esta vida terrena,
la tengo que dar por buena
por haber sido especial,
con mis hijos disfrutar
y con mi fiel compañera,
puedo decirle a cualquiera
que arrepentido es mi porte
que espero que me soporten
y pueda aliviar mi pena.

Como son 80 años
los que ya voy a cumplir,
no quiero ya mas sufrir,
pido perdón por los daños
y en este mi cumpleaños,
con mis hijos reunidos,
a Dios le entrego conmigo
lo que me queda en la vida,
le pido que me bendiga
y m e tenga como amigo.

Se que Dios es bondadoso
y no mira los pecados,
ve el corazón transformado,
arrepentido y hermoso,
ve todo maravilloso,
y con mi alma gozosa,
llena de paz y gloriosa,
alabo a mi Dios Bendito
y con gratitud, remito:
Nicolás Martín Mendoza.

Autora : Mª del Carmen Martin Mendoza
6 de diciembre-2004