viernes, 12 de febrero de 2010

MÓNICA, MI HIJA


Que no te intimiden nunca
la apatía ni el desdén
y que no empañen tu risa
desaires de no sé quién.


No detengas tu camino
ni desperdicies tu tiempo,
ni conviertas tu destino
en una veleta al viento.


Que no te roben la alegría
esas desdentadas muecas
que se cruzan en tu vida
con sus melodías huecas.


Levanta alta la frente
y pon tu oído en las nubes
para que voces insolentes
no te dañen ni perturben.


Porque es frágil la inocencia
y en mentes atormentadas
no hace nido la paciencia
para poder acunarla.


Que tu risa esplendorosa
apague el ronco sonido
de esa oscura y tenebrosa
amargura sin sentido.



Las penas ya vienen solas,
no hay que hacerles compañía,
ni hay que darles mucha coba
porque matan la alegría.

Hija, tenlo siempre muy presente,
que en la vida encontrarás,
nubes negras muy dispuestas
a ensuciar tu libertad.

Pero tú no te detengas
en tu vuelo magistral,
¡míralos desde arriba ,
allí no te alcanzarán!.

Tu mami que te quiere mucho

La Laguna, 21 DE jULIO DE 2002

Mª Carmen Martín

1 comentario:

  1. Ésta creo que no la había leído antes. Muchos besos para Mónica.

    ResponderEliminar